El desafío del consenso en la Argentina polarizada y la apuesta del tercer espacio
El desafío del consenso en la Argentina polarizada y la apuesta del tercer espacio, a una semana de las elecciones legislativas de medio término del 26 de octubre, el panorama político argentino se caracteriza por una paradoja: una polarización extrema que, sin embargo, se traduce en una campaña de baja intensidad en la calle así lo dijo Margarita Stolbizer en su paso por Olavarría.
Observadores políticos señalan que, a diferencia de comicios anteriores, la visibilidad de los actos y la militancia ha sido notablemente reducida. La interpretación más extendida es que el oficialismo, encabezado por La Libertad Avanza (LLA), tiene poco para mostrar en gestión y, por ende, opta por una estrategia de repliegue o de comunicación centrada en redes y actos específicos. «Los que gobiernan tienen más motivos para esconderse que para salir a la luz», afirman desde la oposición.
Este fenómeno se inscribe en la dinámica dominante de los últimos años: una polarización tóxica donde el discurso propositivo ha sido reemplazado casi en su totalidad por la descalificación del adversario. El resultado según Stolbizer es que el votante no elige por convicción, sino por rechazo. La elección se define como un «voto para que no gane el otro», perpetuando un péndulo que impide pensar en políticas de Estado a largo plazo.
Provincias Unidas: La Opción del Diálogo ante la «Misma Moneda»
En este contexto binario, emerge la plataforma de Provincias Unidas un espacio que busca presentarse como la alternativa al statu quo. Su estrategia se basa en un ataque simétrico a los dos polos principales:
Crítica a la Herencia K: Señalan al gobierno de Alberto Fernández, elegido por Cristina Kirchner, como el «peor de la vuelta de la democracia» y lo responsabilizan directamente por el surgimiento del fenómeno Milei.
Ataque al Binarismo LLA-K: El mensaje central es que son «más de lo mismo, cara de una misma moneda». Se les acusa de ser autoritarios —Milei por no respetar el Congreso y Cristina por no acatar los fallos judiciales— y corruptos, señalando las tempranas denuncias en el gobierno libertario.
Frente a la discusión de «persecución u operación política» que, según denuncian, monopoliza la agenda, Provincias Unidas propone discutir un «proyecto de país» con ejes claros: educación, trabajo, desarrollo productivo y aprovechamiento de las riquezas federales.
El Rol del Congreso: Una Cuestión de Integridad y Consenso
El desafío del consenso en la Argentina polarizada y la apuesta del tercer espacio, El manifiesto del espacio federal pone un foco especial en la elección de los representantes al Congreso de la Nación. Más allá de la ideología, el llamado es a elegir a personas con «preparación, integridad personal y voluntad de dialogar».
El argumento es pragmático y crucial para la gobernabilidad post-electoral: en un Congreso fragmentado, solo se puede aprobar una ley si se construye un consenso. La falta de diálogo y la confrontación permanente solo garantizan la parálisis. Por ello, la plataforma de Provincias Unidas insiste en la necesidad de terminar con el cortoplacismo y abordar los temas urgentes con una visión de futuro.
Educación y Seguridad: La Conexión a Largo Plazo
Un punto central de la propuesta es la educación como herramienta clave para la seguridad y el desarrollo. Citando informes alarmantes (solo 1 de cada 10 jóvenes termina la escuela en tiempo y forma), vinculan el abandono escolar a los 13 o 14 años con el ingreso al mundo de la droga y el delito.
Frente a las respuestas «facilistas» de la mano dura («más cárcel, más pena»), la fuerza de los gobernadores propone una solución a largo plazo: cambiar la educación para que el niño no deje la escuela y sienta que ir a clase le «permite abrir un futuro».
En definitiva, las elecciones de medio término de 2025 se presentan menos como un plebiscito sobre la gestión de Milei y más como una encrucijada institucional. El desafío es doble: romper con la lógica del voto negativo y, al mismo tiempo, lograr que el próximo Congreso pueda generar los consensos mínimos para sacar al país del péndulo permanente.
