Del Productor al consumidor los alimentos básicos se incrementan entre 3 y 6 veces

Del campo a la mesa, del productor al consumidor, el valor de los alimentos básicos se incrementa entre 3 y 6 veces, en un proceso en el que los impuestos tienen una incidencia de entre el 25 y el 33% del precio final, y en el que el primer eslabón de la cadena sufre las mayores cargas y hasta debe soportar pérdidas.

Los datos surgen de un estudio de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), que publicó un «Índice de indicadores de precios», en el que analizó cuáles son los factores que mayor incidencia tienen en los incrementos de los valores de los productos.

Tomando los casos de la leche, el queso, la carne y el pan, el estudio indica que el precio de estos productos se multiplica entre tres y seis veces desde la materia prima hasta la venta al público, y que en este proceso existe una fuerte incidencia de los impuestos (entre un 25 y un 33%).

De estos cuatro productos, la cadena de producción del pan es en la que más se incrementa el valor respecto de la materia prima: de acuerdo al relevamiento hecho por FADA, el trigo necesario para producir un kilo de pan cuesta $ 10,20 (con impuestos), mientras que el producto final se consigue (en promedio en las zonas relevadas) por $ 60,40: la diferencia es del 592%.

El estudio rastrea cómo se conforman los precios a medida que pasan por los distintos eslabones, en el recorrido que va desde el campo hasta llegar al consumidor. De este modo busca, según sus autores, «obtener la mejor foto posible de por qué los alimentos valen lo que valen, y así poder identificar dónde pueden estar los principales problemas de cada cadena».

Por cadenas

En el caso del pan, el estudio ubica en el proceso de comercialización el 50% del valor del producto, sobre un valor total de $ 60,40. En ese esquema, el trigo representa el 13% de precio ($ 7,86, sin impuestos), la molienda el 5,6% ($ 3,41), y los impuestos el 32,2% ($ 19,43). Del precio final pagado por el consumidor, el 54,6% son costos, el 32,2% impuestos y el 13,2% ganancias.

En tanto, de un sachet de leche cuyo precio promedio en septiembre fue de $ 26,19, el tambo representa el 29,2% ($ 7,64), la industria el 29,3% ($ 7,68), el comercio el 16,6% ($ 4,35) y los impuestos el 24,9% ($ 6,52). En este caso el precio se multiplicó por 3,31 desde que la leche sale del campo hasta que se vende al público.

Por su parte, el queso cremoso en septiembre tuvo un precio de $ 181,37 por kilo. De ese valor el tambo explica el 32,4% del precio final ($ 58,76), la industria el 14,9% ($ 27,04), el comercio el 24,5% ($ 44,43) y los impuestos el 28,2% ($ 51,14).

Finalmente, un corte de carne promedio, en febrero pasado (el último valor relevado), presentó un precio de $ 170 por kilo. De ese valor, los impuestos representan el 29,8% ($ 50,74), el feedlot el 28,4% ($ 48,32), el ternero un 21,6% ($ 36,75), el frigorífico el 7,1% ($ 12), y la carnicería el 13% ($ 22,18).

En este caso, el precio se multiplica por 3,3 desde el ternero hasta la venta de la carne al mostrador. Los costos laborales son importantes en la carnicería, representando el 9% del precio final.

El efecto dólar

Según el informe, el aumento del dólar agudizó la situación por la que viene atravesando el sector tambero y también el feedlot, producto del aumento de los insumos. Natalia Ariño, economista de FADA, explicó que «el efecto del aumento del dólar de los últimos meses impactó en todas las cadenas, fundamentalmente en sus estructuras de costos. Ya sea porque los insumos de la actividad requieren productos que necesariamente están atados al dólar, como maíz, soja o trigo utilizados en la producción de tambos, feedlots, harinas y pan. Como también de los costos propios de producir que, en una economía inflacionaria como la que estamos viviendo, hay un traspaso de dichos aumentos a los precios».

En ese punto, se destaca la preocupación por la cadena láctea, que presenta un resultado global negativo de $ 3,48. Aquí, todos los eslabones de la cadena presentan pérdidas. En el caso del queso, en tanto, el productor absorbe toda la pérdida de la cadena.

Por otro lado, los impuestos que se presentan en las distintas cadenas productivas analizadas por FADA van del 26% al 32%. Es decir, que 1 de cada 3 pesos que los consumidores pagan en el mostrador, corresponde a la carga impositiva de los distintos niveles del Estado. Los más perjudicados son la carne vacuna y el pan.

Finalmente, el informe destaca que los costos de producción (materia prima, laborales, estructura, servicios, transporte, entre otros) rondan entre el 88% y el 70% del precio final, siendo el sector lácteo (leche y queso cremoso) la cadena con mayores costos en relación al precio. (DIB) JG

Comentarios

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *