Yumba

Un año de arte y cultura popular

El 18 de noviembre la yumba cumplió un año. Si bien los talleres comenzaron a funcionar algún tiempo atrás esa fue la fecha que eligieron para compartir la inauguración y abrir el espacio, que ya dejó de ser solamente de la yumba para pasar a ser de todos los que la visiten, por lo tanto en esa fecha que eligieron para celebrar y decir Feliz Cumpleaños.

Desde la yumba expresaron que desde que decidieron como organización encarar dicho proyecto gestionada por Seamos Libres, lo hicieron con la idea de generar un espacio accesible, autosustentable, sin fines de lucro, diverso, feminista, popular, donde se puedan nutrir del are y de la cultura local.

Fue pensado fundamentalmente como un lugar que genere fuentes de trabajo para que los talleristas puedan compartir sus conocimientos, desarrollarlos, mostrarlos, donde los trabajadores de la economía popular, productores, artesanos tengan un espacio físico donde comercializar sus productos.

Abrir la yumba implicó hacerlo en un contexto difícil explican, donde el Gobierno Nacional de Mauricio Macri a la cabeza endurecía las medidas económicas que lo único que generaban era la pérdida del poder adquisitivo de la clase trabajadora, de los sectores populares. Subas de precios, alquileres, tarifazos, la eliminación del Ministerio de Cultura y por consiguiente la reducción del presupuesto en esa área. Tienen claro que las urgencias pasaban y siguen pasando por otro lado que es la alimentación. Por lo tanto la industria cultural queda muy lejos de ser fundamental de la vida de las personas y la realidad es aún más dura para espacios como la yumba donde no cuentan con grandes estructuras que sí poseen museos, teatros y centros culturales de renombre.

Esto dicen que no quiere decir que las manifestaciones culturales que pasan por la yumba sean de menor calidad: a este proyecto se ha sumado grandes cráneos de la cultura local que todo espectador merece disfrutar. Aún así sin ninguna política cultural a favor la yumba está, cuentan con cinco talleres que funcionan de manera gratuita, donde los alumnos solamente abonan una cooperadora mensual de $100 precio que mantienen desde el comienzo de la inauguración.

Esa posibilidad se da gracias a que varios compañeros pudieron acceder al salario social complementario, una herramienta que fue conquista de las organizaciones sociales nucleadas en la CTEP y gracias al incansable reclamo de la Confederación de trabajadores de la economía popular, ante la crisis económica y social que cambiemos ha generado.

Por otro lado comentan que tienen siete talleres con una cuota mensual de los cuales uno sólo ha aumentado su valor desde su inicio en menos de un 40%. Esta situación generó que hayan tardado meses en poder acondicionar el edificio, y aún falta muchísimo.

La yumba está como está gracias a donaciones, el esfuerzo y tiempo de cada compañero ya que muchos aprendieron a ser pintores, electricistas, albañiles, contadores inmensos esfuerzos y ajustes económicos, la paciencia de las personas de quienes la transitan y varias cabezas pensando cómo hacer para que el espacio se sostenga.

Lo ideal es que cada vecino pueda tomar clases pagar una cuota mensual y que los talleristas se lleven su remuneración digna, compren una hamburguesa en la cantina y acercarse con un amigo, compañero, hermano, papás, pero desde el espacio mencionan que las puertas están abiertas para todos.

El otro motivo es pedirle al Estado en cualquiera de sus niveles que gestionen, que nos convoquen, porque no quieren desde el espacio todo servido, quieren pensar con ellos las políticas culturales que sirvan y permitan funcionar. Que bajen herramientas y recursos, pero que las distribuyan igualitariamente.

Es por eso que el sábado 7 de diciembre estarán celebrando el primer aniversario con un festival popular al aire libre en la esquina de Laprida y A. Barros,

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