Mujeres en la FIO: el porcentaje es muy superior al promedio nacional

Hace exactamente un mes, la UNESCO publicó un informe sobre “Las mujeres en Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM) en América Latina y El Caribe”. El trabajo recopila y analiza las principales experiencias e iniciativas implementadas en la región y, a la vez, presenta una serie de recomendaciones para promover la inclusión de mujeres  en la FIO. 

Evidentemente el interés por generar estadísticas respecto a la brecha de género está directamente relacionado con la necesidad de promover acciones que la disminuyan. Esta es la discusión que también promovió la jornada “Los números no mienten”, en el marco de la Cátedra abierta latinoamericana Matilda y las Mujeres, y que contó con la participación de la vicedecana de la FIO, la ingeniera María Peralta, quien forma parte de la iniciativa junto a la ingeniera Silvia García.

La funcionaria presentó allí datos sobre la situación de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN que este año registró un 35% de matrícula femenina, tendencia que se mantiene desde hace dos años de mujeres en la FIO y que está muy por encima de la media nacional para carreras similares, donde apenas se supera el 20%.

Al momento de analizar los números de la FIO en contraste con los nacionales (al menos hasta el 2018 que es el último año disponible en los portales públicos) se puede ver un aumento de la matrícula femenina que, si bien no es lineal, presenta un panorama que tiene correlato en las acciones de la Facultad. De 2009 a 2017, Argentina presentó picos de aumento de mujeres graduadas en Ingeniería en 2011 y 2017, del alrededor de un 24% del total. Cuando se analiza ese mismo período en la matrícula de la Casa de Altos estudios olavarriense, la curva es ascendente hasta alcanzar el 30%.

Cuando se miran los cargos de gestión, también los datos son positivos para el género femenino. De las siete personas que integran el equipo de autoridades, cuatro son mujeres en la FIO. Y la primera decana de la FIO, Susana Nolasco, asumió en 1989, una época donde aún no se hablaba de brecha, pero abrió el camino para todas las mujeres que integraron el decanato y vicedecanato después de ella.

Peralta destacó las acciones que están al alcance de la propia institución, y tienen que ver con el acompañamiento durante los primeros años de carreras, la existencia del jardín maternal universitario para hijos de estudiantes y las becas como herramientas generales para toda la comunidad universitaria. También existen actividades de revalorización del rol de la mujer mediante actos institucionales, talleres y encuentros, así como iniciativas particulares para promover la discusión. Afortunadamente, el campo laboral es más receptivo que hace algunos años y, según Peralta, “pronostica mejores escenarios cada año, aunque aún hay mucho por hacer”.

Comentarios

Compartir