La carne subió una vez y media la inflación en un año
Las cifras del estudio revelan que en febrero los valores crecieron un 14,28% con respecto a los registrados en enero y un 68 por ciento en la comparación interanual con igual mes de 2018
Según la entidad, los cortes que registraron las mayores subas fueron los habitualmente más baratos: osobuco (19,2% y $132 por kilo), cuadrada (18,3% y $255/k), picada común (18,3% y $142/k), roast beef (17,6% y $206/k), falda (17,2% y $ 147/k) y tortuguita (17% y $217/k).
En tanto, el asado de tira llegó a $218 por kilo (13%), el bife ancho a $210 por kilo (15,8%), el bife angosto a $230 por kilo (16,3%) y la bola de lomo $249 por kilo (15,4%).
En tanto, el precio del pollo fresco subió 6,6% en febrero con respecto a enero; el pechito de cerdo, un 5,5% en relación al mes anterior. Medido en forma interanual (enero 2018 vs enero 2019), el pollo incrementó su precio en un 58,9% y el cerdo un 39,1%.
Para Héctor Polino, titular de Consumidores Libres, “el precio de la carne está acoplado a los precios internacionales especialmente en los cortes más caros, lo que ocurre con los cortes más baratos es que al haber una mayor demanda tienden a subir proporcionalmente más”.
Una curiosidad del informe del IPCVA es que las subas en la carne vacuna no fueron parejas en todos los barrios, llegando al 16,6% en los barrios de nivel socioeconómico alto y a 12,9% en los de nivel socioeconómico medio, pero alcanzando los mayores aumentos en carnicerías de las zonas de nivel socioeconómico bajo, donde fueron de un 17,3%.
Durante febrero, por otra parte, los precios mostraron subas más altas (17,4%) en las carnicerías que en los supermercados, donde rondaron el 6,8%. Allí, cortés como el peceto mostraron diferencias de apenas $1,50 menos por kilogramo con respecto a las carnicerías, pero en otros cortes la distancia se agrandan: en los cortes usados para la preparación de las milanesas puede haber $32 de diferencia.
Según el especialista, la caída en el consumo de carnes y leche viene parejo con el aumento en la demanda de derivados de harinas y polenta.
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