8M entre el grito

8M entre el grito, el silencio y la búsqueda de paz

8M entre el grito, el silencio y la búsqueda de paz, desde MuMaLa Olavarría emitieron un comunicado.

«Empezamos esta humilde opinión, que es la de vecinas, trabajadoras, emprendedoras, amas de casa, que nos encontramos en MuMaLa Olavarría, y que hablamos bajo la consigna general, «ni una menos», y la particular, «nos mata el machismo, nos golpea la pobreza», entendiendo estas y otras más como, el grito, aquello que deseamos expresar y resumir en forma entendible. El silencio, que sobrevuela sobre aquello que atañe a esta lucha, la reivindicación cada 8 de marzo, pero que es obviado según intereses políticos partidarios, y la búsqueda de paz, de seres queridos de las víctimas que buscan justicia, cuando previamente estas buscaron ayuda».

Por otro lado, «los datos que relevo el observatorio MuMaLa, entre el 1° de enero al 27 de febrero, de los cuales dolosamente destacan que, ocurrieron 39 femicidios, de los cuales se desprenden que, 36 fueron directos, 1 Vinculado de niña/mujer, 1 Vinculado de niño/varón, 1 Trans/travesticidio, y que, 26 niñeces se quedaron sin madres Las políticas públicas orientadas a prevenir y cuidar a la persona para que no se convierta en víctima, fracasa tal como lo hacen los «precios justos», el ministerio de la mujer, que le da tranquilidad a mucha militancia y hace creer al resto que su creación es mostrar interés en la persecución de «ni una menos, vivas las queremos», deja interrogantes, quizás no tantos como el presupuesto de 2 billones de pesos que el área administro en 2022, y donde este año se presupuestaron un total de $4.2 billones, un incremento nominal de 106%. Entonces ¿Cuál ha sido el logro del ministerio de la mujer en la lucha ni una menos? O acaso ¿Le es útil a cualquier gobierno para mostrar interés, aunque sólo albergue cargos? ¿A qué punto las acciones emprendidas impactan positivamente en la construcción por los derechos y la igualdad de las mujeres y la comunidad lgbt… con respecto del patriarcado a poner en jaque?, ser obsecuente es ser cómplice».

«Y es en ese punto donde recordaremos, no por sumar consignas que nos vuelvan empáticas, sino porque ha estado presente en nuestra mesa, ¿Dónde está Tehuel? Tehuel De La Torre, un joven trans de 21 años que desapareció el 11 de marzo de 2021 a las 19 horas, cuando dejó su vivienda rumbo a una entrevista laboral, de un hombre que le había ofrecido un trabajo de mesero para un evento. Ese día faltaban dos semanas para su cumpleaños. El 26 de marzo, en vez de estar festejando sus 22 años, se organizó la primera marcha de antorchas en San Vicente pidiendo por su aparición, carátula que aún se encuentra como, «averiguación de paradero».

También, «para nosotras y nosotros Tehuel de la Torre es él y uno más desaparecido en democracia, tanto el tratamiento de los medios de comunicación como de un gobierno que se jacta reivindicador de los derechos humanos, la igualdad de género y los derechos lgbt…, no ha ingresado en su agenda como tema de permanente discusión y debate. La cercanía temporal nos está tocando la puerta con urgencia y sobre todo con responsabilidad, porque detrás de Tehuel, hay un Estado que se lo tomó con calma, un gobierno que se ha sumado al mismo silencio que han tomado los únicos imputados de la causa; por el otro lado está el dolor permanente de su familia, de quienes más lo querían, quienes han expresado que él era bueno y respetuoso, comedido si alguno necesitaba un mandado, seres queridos que piden, si está vivo que aparezca., si está muerto quieren el cuerpo, enterrarlo, que haya un lugar adonde ir a llorarlo, a llevarle una flor».

«En Olavarría tenemos un Tehuel. Con esta política del aparentar y del no hacer, cualquiera podría serlo.El Estado es responsable y nosotras debemos hacer un mea culpa».

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