21 años del fallecimiento de Fray Romeo
Fray Romeo llegó a nuestra ciudad en octubre de 1967, nació en Maerne y descendiente de la primera reina de Hungría.
Su traslado a Olavarría había sido al comienzo por una suplencia de dos meses, para participar de la ampliación de la orden que se estaba dando con pocos franciscanos para llevarlo adelante y su estadía se postergó por treinta años. Pocos días después de llegar a la Parroquia de Nuestra Señora de Monte Viggiano un compatriota suyo, Francisco Giacelli, llegó con una imagen de la Virgen y un frasco lleno de monedas con un papel en su interior. Giacelli contó que había hallado esa imagen cuando iba a plantar ajos.
Fray Contardo Miglioranza, el párroco de Monte Viggiano, le encargó al recién llegado Romeo que se ocupara del caso. El papel encerrado en el frasco decía simplemente «No me saquen de aquí. Hagan algo para cuando llueve que yo hago muchos milagros».
Así comenzó su primera tarea en esta ciudad. Pidió a la dueña de las tierras del hallazgo, un pequeño predio para levantar un templete a la Virgen. Recibió una negativa, pero en el lugar ya se hincaban algunos hombres para rezar. La historia de la Virgen se había extendido y muchos creían en un milagro.
Rápidamente se formó una comisión para trabajar en pro de construir el templete. Fray Romeo decidió pedirle a la dueña de las chacras ubicadas frente al lugar del hallazgo un lote.
Cuando fue a verla, antes de que alcanzara a pronunciar su solicitud, la mujer le preguntó si era posible que la virgencita quedara en sus terrenos. Conseguido el espacio físico, los trabajos se iniciaron y luego de una ardua labor, en la que siempre ocurría un pequeño milagro cada vez que las dificultades parecían invencibles, el templete de la virgen de la loma quedó terminado.
Hoy está incorporado al paisaje de Olavarría, más de 30 años después, el ataúd que contiene los restos del Fraile descansa allí que domina la ruta desde uno de los costados bajo la sombra, de los árboles y junto a pequeñas casitas con que se quiso construir una ciudad para pájaros cerca de las mesas, y los bancos de picnic y de la capilla pequeña dónde el Fraile supo orar.
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